RESIDENCIA DE ESTUDIANTES COLEGIO DE CUENCIA Y GALERÍAS COMERCIALES
Año del proyecto 2000
Arquitecto/s Juan Vicente García
Pablo Núñez Paz
Procedimiento Primer premio en concurso público
Ejecución. Empresa 2000-2002. Dragados y Construcciones, S. A.
Presupuesto. Financiación 6.858.045. Residencias de Estudiantes, S. A. Universidad de Salamanca
Inauguración 3 de octubre de 2002
Superficie construida 13.400 m2
Dirección Paseo Francisco Tomás y Valiente, s/n. 37007 Salamanca

Este proyecto arquitectónico, integrado por un volumen residencial y otro de locales comerciales, constituye un elemento esencial en la definición del Campus, ya que lo aísla física y visualmente de otras edificaciones ajenas al complejo universitario, al tiempo que interactúa con el área jurídico–social para dotar de mayor personalidad a su entrada norte.

La residencia, de tres plantas y semisótano, presenta un desarrollo en forma de “L” invertida con dos bloques separados por un patio abierto, que dejan a un lado un gran vacío ajardinado en claro diálogo con la plaza de la Universidad de Bolonia y la biblioteca Francisco de Vitoria, a la que el nuevo Colegio de Cuenca pretende servir de contrapunto.

Incluye habitaciones individuales con baño y otras que comparten cocina cada dos residentes, distribuidas en cada nivel a los lados de corredores centrales con grandes ventanales, y salas comunes en los extremos. Hay otros alojamientos, a modo de apartamentos, en la parte más oriental del edificio comercial que se une al nivel de la cubierta con el volumen de la residencia perpendicular a él, configurando una entrada adintelada al Campus.

La ordenación a base de patios -que proporcionan iluminación directa- recuerda la tipología colegial tradicional, pero transformada al multiplicar su número y sus características, que enriquecen las experiencias visuales. A un lado del amplio vestíbulo, del que parte la escalera, un patio acristalado de sección más alta acoge en su entorno las zonas comunes: cafetería, salas de televisión, informática y juegos, o el gimnasio.

En los paramentos representativos se optó por el ladrillo blanco como alternativa a la piedra de Villamayor, que mantuviera la tonalidad clara dominante. El diseño de cada fachada es singular, buscando diversos contrapuntos a la marcada horizontalidad de los ventanales corridos. En el frente occidental y en los patios la apariencia y el color cambian significativamente, siendo especialmente atractivo el efecto que introduce el uso de celosías de madera.