INSTITUTO DE NEUROCIENCIAS DE CASTILLA Y LEÓN (INCYL)
Año del proyecto 2004
Arquitecto/s Juan Vicente García
Pablo Núñez Paz
Procedimiento Primer premio en concurso público. Proyecto y supervisión de obra
Ejecución. Empresa 2004-2007. Ferrovial
Presupuesto. Financiación 6.674.930 €. Universidad de Salamanca.
Fondos FEDER. Junta de Castilla y León
Inauguración 26 de febrero de 2009
Superficie construida 5.611,78 m2
Dirección Calle Pintor Fernando Gallego, 1. 37007 Salamanca

El INCYL forma parte de una red nacional dedicada a la investigación de patologías del sistema nervioso y al tratamiento de enfermedades neurológicas y mentales. Está emplazado en una parcela inmediata al cementerio, desbordando así los límites del Campus Unamuno.

Al diseñar el edificio, Juan Vicente y Pablo Núñez tuvieron muy en cuenta no solo los requisitos específicos de este centro, sino también su propia reflexión entre naturaleza-arquitectura. Inspirados en algunas intervenciones de artistas contemporáneos sobre el paisaje –caso de Michael Heizer- o en el ha-ha de los jardines ingleses, adoptaron la estrategia de ocultar el programa principal bajo un jardín-plataforma que sirve de marco a un prisma vítreo que constituye la imagen reconocible del conjunto. Era una manera de rellenar el hueco dejado por la urbanización en el solar, dando cuenta del perfil y la vegetación originarios. Por otra parte, la fisura que se establece entre la plataforma y las calles permite iluminar las dependencias interiores y resolver los accesos. En el anillo exterior se sitúan los laboratorios de los grupos de investigación y, hacia el interior, los de apoyo o uso común, mientras el animalario y otros elementos que necesitan aislamiento se ubican en el sótano.

La entrada principal, bajo la plataforma de hormigón, conduce a un amplio vestíbulo con rampa de acceso a la cubierta ajardinada y a la caja de cristal, que acoge las estancias administrativas y un gran salón de actos. Para el cerramiento de este volumen se empleó un sistema multicapas, con vidrio estriado al exterior, que además de ahorrar energía y abaratar el mantenimiento, lo dota de un mayor valor expresivo al modificar la incidencia de la luz.

Se simplificó al máximo la construcción, aplicando sobre las estructuras de hormigón cerramientos ligeros para facilitar los cambios y adaptaciones constantes que suelen ser frecuentes en este tipo de edificios.